Aunque para muchos sea un tema tabú es fundamental saber cuándo y por qué acudir a un especialista en salud mental.

Por esta razón, es importante prestar atención a las alteraciones, como por ejemplo a la manera de percibir el mundo o a uno mismo, alucinaciones o delirios.

Cuando una persona está triste, pierde el interés o la satisfacción por casi todas las actividades, siente dificultad para dormir, su apetito aumenta o disminuye, se sospecha una depresión y el mismo afectado o su entorno le sugiere que consulte a un especialista. Sin embargo, hay muchas otras dificultades que pueden requerir la ayuda experta, como el estrés laboral, los problemas para dormir, la irritabilidad, etc.

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